En 1928, el inglés Alexander Fleming recibió la caricia de la fama: inesperadamente una levadura desconocida echó a perder sus cultivos de neumococos. El extraño visitante era el Penicillium notatum, base del primer antibiótico descubierto por el hombre.
Fleming en su laboratorio. |
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CNR, 4 de marzo de 2001. |
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